El año 2021 aflora como espacio de esperanza, luego de tanta incertidumbre y dificultades vividas durante el año que estamos despidiendo. Mucho de lo experimentado durante este período, nos ha puesto a prueba en nuestra manera de ser, de sentir, de enfrentar las vicisitudes, nos ha llevado a buscar creativa y solidariamente caminos de apoyo y de salida a la crisis sanitaria y educativa del país.
Desde esa perspectiva, el año que se inicia, abre nuevas oportunidades de aportar y contribuir a resolver o enfrentar las distintas problemáticas e injusticias que dejó al descubierto este tsunami sanitario vivido. Esta tremenda ola develó ese Chile denunciado con el estallido social de manera clara. Basta con observar cómo, quiénes y en qué lugares pudieron hacer frente a esta tragedia, más allá del tema salud que, aunque las enfermedades y el virus no hiciera distingo entre unos y otros, la atención o el acceso a ella lo hizo.
No se trata de castigar o de mirar con desdén o resentimiento a aquellos que han podido hacer frente dignamente a la crisis que estamos viviendo, sino que se trata de poner manos a la obra, real y concretamente, a subsanar esa realidad enraizada en nuestro país, esa segregación que existe y se manifiesta en las grandes dificultades de acceso a los bienes culturales, educativos, sociales, sanitarios de la población en general.
Como Universidad Católica del Maule en la zona centro sur y en el país a través de todas las instituciones que componen la Red G9, asumiremos el desafío de contribuir a través de nuestras acciones en las distintas dimensiones universitarias para aportar a la generación de un Chile más equitativo, justo, solidario que permita el desarrollo de la población, de la persona y de esa manera disminuir las grandes brechas que nos separan. Eso implica seguir comprometidos con una educación de calidad y por ende el mejoramiento constante en elementos tecnológicos e innovación.
El cambio es de una urgencia significativa y no se resuelve con promesas electorales u ofertas partidarias que buscan convencer a las personas en esta “feria” que se ha vuelto nuestro Chile de hoy. En la medida que el año 2021 no sea el inicio de una concepción de país unido, dialogante, comprometido con el cambio a través de caminos no violentos con un lenguaje basado en el respeto a los derechos humanos y la valoración del otro, -cualquier otro que sea éste-, así como el amor, el cuidado del otro, la protección del débil, no podremos avanzar.
La Educación Superior en Chile tiene en este sentido un gran desafío, no solo en los aspectos de formación de los profesionales futuros, lo que da cuenta de una mirada particular del sentido y la misión que le corresponde, sino también de esa dimensión que muchas veces perdemos en este bosque de tensiones políticas y es la reflexión crítica que aporte al país elementos argumentativos y motivacionales para la definición de la ruta de transformación de nuestra nación, esta reflexión que va más allá de intereses particulares y que nos permita entender, tensionar la realidad, los modelos dominantes que están a la base de nuestras acciones y nos saque de este letargo adormecedor que termina por perpetuar la indolencia y la violencia.
La Universidad Católica del Maule, seguirá trabajando fuertemente en lograr generar ese espacio de reflexión crítica, de aportación sincera y de servicio a la región, al país y al mundo con el solo fin de trabajar en conjunto con ellos para el surgimiento de una nueva comunidad y de una nueva sociedad de hombres y mujeres corresponsables con el bien común. Dios nos ayude y acompañe en esta tarea.