A modo de arrancar de tanto portonazo, abordazo, avance o retroceso en el paso a paso y políticos tratando de explicar lo inexplicable, estoy viendo una serie inglesa que se llama «The one».
La serie en cuestión plantea la existencia de un examen de ADN que permitiría encontrar a «la media naranja, el indicado, el alma gemela».
El proceso es simple; basta con un pelo que se envía al laboratorio y a vuelta de correo, tenemos en nuestras manos la identificación de nuestra persona ideal.
Ese “match” asegura que en el mundo hay una persona única, irrepetible e indefectiblemente indicada para nosotros.
Taaaanto así, que al momento de ver al «este» por primera vez, sin necesidad siquiera de que abra la boca; todo gen, neurona, célula del cuerpo, salta de felicidad, se obnubila y encandila al advertir que hasta ahora nunca estuvimos completos y que; de aquí en adelante, no hay nadie más en el mundo para nuestro corazón que «el este» recién encontrado…
¿Interesante idea no?
El problema es: que pasa si uno, ya sea por amor, por miedo a morir solo o por quien sabe que otro poco sabio argumento ¿ya ha encontrado a alguien más?
¿Qué hacemos con el de ahora, el actual? El Lucho que le dicen….
El que, a punta de paciencia, invitaciones varias, cartas de amor, experiencias compartidas, años, hijos quizás ¿se ha ganado nuestro esquivo corazón?
El tema es que el amor prometido, así como la manzana del paraíso, se ve jugoso, brillante y deseable… y el que comparte la cama se ve como el premio de consuelo que obtuve por tener poca paciencia para seguir esperando.
Ahí es donde la serie se pone interesante, realista y cuestionadora….
Y ahí mismo es donde he estado filosofando…
Qué pasa si el Lucho, a quien construí como mi amorsss, ¿no es mi match?
Puede uno decirle: «pucha Lucho, mi alma gemela es el Bayron… Sorry, no es nada personal, es el ADN»
¿Dónde quedan mis elecciones? ¿Las que construyeron en mi corazón la idea de que el Lucho era el correcto?
¿Es más fuerte la genética que me dice que el Bayron es “The one”?
¿Puede uno mandar todo al carajo; familia, hijos, trabajo, ¿porque la genética dice que “el match” es otro?
Ojo que el Bayron no necesariamente es mi vecino. A veces vive en Ghana, o es chino, verde, mujer o demócrata cristiano…
En la serie la gente opta por caminos múltiples… Unos se quedan dónde están, otros mandan a «la esta» al cuerno y corren presurosos a los brazos de la científicamente definida como indicada.
¿Qué haría yo?
Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario…
Yo solo veo series, que no tienen nada que ver con mi vida personal, pero que me permiten olvidar un rato el caos en el que estamos inmersos…