Días atrás, al interior de un centro asistencial de salud, observé un letrero que decía: “Bota responsable, las mascarillas son hechas de plásticos y tardan 450 años en degradarse”. No pasa inadvertido el mensaje, pues se aprecia buena intención. Quizás, faltó la palabra “que” y sobró la “y”, para una redacción más precisa: “Bota responsable, las mascarillas que son hechas de plásticos, tardan 450 años en degradarse”. Efectivamente, esas mismas mascarillas de plástico transparente que usan algunas figuras de Tv para orientarnos sobre temas medioambientales, tardan varios centenares de años en degradarse. Las que usamos la mayoría de la población normal, esas que venden en una cajitas a 50 por mil, en las farmacias o casas de productos de aseo e higiene, no son de plástico, son fabricadas a partir de madera y la madera es un producto biodegradable en corto tiempo y no contaminante.
Las mascarillas, así como una gran cantidad de productos de higiene personal, (todo tipo de papeles, pañales, pañuelos, etc). tienen como materia prima, la madera. La misma que proviene de arboles que alguna vez se plantaron, para cumplir el objetivo de transformarse en un producto, para uso de alguna familia en alguna parte del mundo. Esos mismo arboles que vemos camino a la costa en los caminos de nuestra región.
En el mismo contexto, pero a propósito del cambio del concepto, que recién hizo la autoridad sobre “bien esencial”, alguien preguntaba, por la relación, entre una faena de cosecha forestal y un artículo o actividad de primera necesidad. La respuesta es la misma, pero precisando técnicamente un poco más, todos estos artículos que se hacen a partir de alguna forma de papel, tienen como materia prima la celulosa, que es un componente celular de la madera (no existen fabricas de celulosa, salvo la propia naturaleza. Las plantas industriales que conocemos, lo que hacen es separar o extraer ese componente de la célula y dejarla en una condición tangible para ser utilizada en las diversas alternativas de productos). Volviendo al planteamiento, la relación entre una cosecha forestal y un bien esencial en contexto de pandemia, es que a partir de ese árbol, se puede fabricar la mascarilla que miles de millones de habitantes del planeta, hoy utilizamos como primera medida preventiva ante el coronavirus.
Entonces, hay mascarillas de plástico y hay mascarillas de madera, las primeras se demoran 450 años en degradarse, las otras, con suerte un par de años. En ambos casos, “Bota Responsable”.
