Diariamente estamos escuchando música de todo tipo y en diferentes lugares, muchas veces pasa a un segundo plano, ya que pareciera ser solo parte del ambiente. Pero la música es mucho más que eso: es uno de los primeros estímulos que realmente deleitan a los niños y niñas desde muy temprana edad, es un estímulo auditivo que proporciona variados beneficios, entre estos estímulos asociados está la adquisición del lenguaje.
Los niños en sus primeros tres años de vida van adquiriendo gran cantidad de aprendizajes respecto al lenguaje, por ello cuando más escuchen la palabra hablada, más amplia será su forma de expresión oral. De aquí radica el complemento música-lenguaje, desde muy pequeños los niños(as) están inmersos en un mundo lleno de estímulos musicales, algunos de ellos intencionados, como la elección de juguetes para bebés, con música de letras simples y rimadas, con melodías agradables y pacíficas. Esta práctica cobra importancia prontamente en los bebés, ya que con su estímulo va haciendo interconexiones neuronales.
La música también se puede considerar como un elemento integrador en la etapa de alfabetización, un apoyo para el desarrollo de habilidades comunicativas. Un ejemplo es qué a través de la escucha de canciones infantiles, con la repetición que poseen estas canciones se logra un mayor acercamiento a la palabra hablada, además el canto se torna lúdico, la musicalidad es agradable y llamativa para los pequeños, lo que la hace un muy buen recurso.
Las canciones infantiles tienen una gran particularidad, las palabras que la conforman invitan a la realización de movimientos o acciones simples, esto colabora con el afianzamiento de conceptos y la relación del sonido (palabra) con la acción, parte del inicio de la adquisición de vocabulario. Más adelante los niños(as) generarán un hilo conductor entre las palabras que quiera comunicar, buscará en su memoria lingüística y evocará lo conocido para componer frases y oraciones, y así darse a entender.
La música con su ritmo y con las letras de las canciones infantiles prestarán colaboración en la separación de frases y oraciones y más aún, en la separación de sílabas que constituyen las palabras. Cerca de los cuatro años prestará atención en las ideas centrales de los temas escuchados, diferenciará sonidos iniciales y finales por medio de temas que contiene sílabas rimadas; aportará en la pronunciación correcta gracias a la naturaleza repetitiva de la letra de las canciones, entenderá significados de palabras nuevas sobre todo con aquellas canciones que se acompañan con gestos y acciones.
Otro beneficio está relacionado directamente con la habilidad de memorización como a ampliar las posibilidades de recordar para luego a comprender. La inclusión de la música a la vida cotidiana de niños(as) pequeños, colabora de igual manera con el ejercicio de la voz, la proyección y la respiración, y a la larga favorecer la familiarización y la iniciación del aprendizaje de otros idiomas.
Para lo anterior, siempre se recomienda seleccionar el tipo de música según la edad de los niños y niñas, el objetivo por el cual se escucha y la cantidad de tiempo destinado para ello.