¿Cómo se genera ese fenómeno?
“En el último informe de empleo del INE que fue por el trimestre de septiembre a noviembre, la tasa de informalidad superaba el 28% de todo el empleo de la región. Muy probablemente vamos a llegar o superar el 30%, porque en el momento más crudo de la pandemia que tuvimos el 2020 -entre mayo y julio- la región tuvo una tasa de desempleo del 12%. Esa cifra también demostraba una caída del empleo informal, afectado por la cuarentena en Curicó. Ahora el empleo se había recuperado por la informalidad, con una cierta alza de las ventas en el comercio y los servicios”.
¿Los retiros de los fondos de AFP tuvieron un rol en esa situación?
“En su momento fueron un impulso para la economía, pero la agricultura ya se estaba también reactivando. Con eso también se recuperaron muchos empleos informales que es una característica de la economía regional. En el Maule nosotros tuvimos históricamente una tasa de informalidad que llegaba al 35%. Esto pasó justo después del ‘estallido social’, es decir, en el primer trimestre del 2020. Ahí empezó a caer la informalidad debido a la pandemia, durante el invierno del año pasado, porque no se podía trabajar en la calle”.
¿Y cómo parte el año 2021 con esta situación del 61% de la región en cuarentena?
“Ocurre que se había recuperado la informalidad, pero ahora con la partida del año en cuarentena, van a volver a caer mucho los empleos. Lo que cae es la informalidad. Y ahí no estamos hablando de una cantidad menor de personas. Yo diría que es un 30% de los ocupados que, en el caso del Maule, corresponde a 450 mil personas en total. Estamos hablando sobre 120 mil personas donde, con todo esto de la cuarentena, podemos perder unos 10 mil empleos en los próximos meses. Hablamos de todo enero y febrero, además de gran parte de marzo”.
¿Entonces la tasa de desempleo se va a disparar?
“Ya estamos hablando de un desempleo en torno a 50 mil personas. La tasa podría subir de nuevo al 12% del invierno pasado o un poco más. Y todo eso para el primer trimestre del 2021. Ese periodo es aceptable para anticipar lo que se viene para el año. La agricultura, el comercio, los servicios y el turismo son fundamentales en este periodo”.
¿Cómo evalúan ustedes los instrumentos de ayuda del Gobierno, pensando que cuando terminó la cuarentena en Santiago como que se olvidaron del resto del país?
“El IFE vino a compensar el ingreso que perdía la familia promedio. Pero el llamado IFE de emergencia es más bajo por persona que en su primera versión. Y, por lo tanto, desde el punto de vista del Gobierno, las condiciones son menores a las que se estaban entregando el 2020. Además que este IFE de emergencia viene con más requisitos. Esto va a traer problemas, porque la población sin ingresos, confinamiento y gastos en marzo, probablemente le exija al Estado más ayuda. Por ello, ahora se está planteando un tercer retiro de los fondos de AFP para marzo. La gente va a exigir ese dinero. Yo no veo ahora medidas que sean claras, concretas y contundentes”.
¿Y cómo se ve desde la reacción del mundo político cuando se constata que el propio ministro de Hacienda abandona el cargo por una candidatura presidencial?
“Ese es otro punto relevante, porque el distanciamiento de la política con el país es tremenda. Y lamentablemente no se aprende de las experiencias, porque el estallido social de alguna manera tuvo que ver con esa disociación. Creo que este distanciamiento es no comprender la realidad que vivimos, en este tiempo que el mundo político está preocupado de las elecciones. No hay ninguna preocupación mayor con esto que vivimos hoy y que se viene peor. El primer trimestre va a ser horrible si no se plantean soluciones rápidas. En mi opinión, esto tiene que partir con un IFE mejor que lo que había sido el 2020, a costa de un endeudamiento del país. Pero el IFE no diferencia realidades distintas, porque claramente cada región tiene una realidad distinta”.