El financiamiento es considerado como uno de los factores más preponderantes a la hora de embarcarse en un emprendimiento. Esto en cuanto es un elemento esencial para iniciar un negocio (inversión inicial), como también para las inversiones futuras y la mantención de un adecuado capital de trabajo.
Para el caso de Chile, la falta de acceso a financiamiento es una de las principales trabas que se evidencian a la hora de invertir, lo que atenta contra la creación de nuevas empresas y que explica también el fracaso de otras.
En tal sentido, el capital necesario para un proyecto privado incluye toda la inversión necesaria que debe realizar el emprendedor antes y durante el horizonte de tiempo estimado del proyecto de inversión, por lo que, además de las maquinarias, terrenos, infraestructura y equipamiento, se debe contemplar un monto de dinero que permita mantener el funcionamiento operacional del proyecto, lo que técnicamente se denomina Capital de Trabajo.
Normalmente, el financiamiento del capital se realiza en parte por fondos propios (aportes de los dueños) y en parte por fondos ajenos (financiamiento externo). Si nos focalizamos en el financiamiento propiamente tal, las alternativas son variadas y su utilización dependerá de las características de los dueños y del proyecto en cuestión.
Esto da cuenta de que no existe un financiamiento estándar para todos los casos, sino que más bien las alternativas de financiamiento se deben adecuar al proyecto de inversión privada y dentro de las opciones de financiamiento más recurrentes podemos mencionar las siguientes: Crédito Bancario, Leasing, Factoring y Crédito Proveedores.
Respecto del Crédito Bancario, se debe tener en cuenta que el acceso a este tipo de financiamiento dependerá fundamentalmente de los antecedentes financieros de los dueños y de las características de viabilidad y rentabilidad que se puedan demostrar respecto del proyecto propiamente tal, poniendo énfasis en los flujos de efectivo estimados. Para tal efecto los bancos poseen una segmentación de sus clientes para otorgar crédito si son empresas (Banca Empresas), por lo que se requiere estar formalizado como persona jurídica. Respecto a la evaluación de este tipo de financiamiento, se debe poner atención a la tasa de interés anual y la moneda en la cual estará expresado el financiamiento (en pesos, dólares o en UF). Habitualmente, el financiamiento del capital es de largo plazo por lo que el monto del crédito estará expresado en UF, reajustándose diariamente por la variación que experimente el IPC. Las garantías o cauciones son otro de los puntos a evaluar, ya que se pueden solicitar algunos activos en prenda para asegurar el pago del crédito.
En cuanto al Leasing, podemos señalar en términos generales que representa un arriendo con opción de compra. Existen diversos tipos de Leasing a considerar como el Financiero, aquel que permite que el banco financie la adquisición de las maquinarias y/o equipamiento requerido por el proyecto de inversión a nombre de la empresa de leasing, las que luego se entregan en arriendo al emprendedor hasta que haya cancelado la última cuota; Operacional, referido al arrendamiento de ciertos bienes, frecuentemente vehículos, máquinas y equipos, que son de propiedad de la empresa de leasing, la que se dedica y especializa al arriendo de estos activos, por lo cual, al igual que el caso anterior, el emprendedor deberá pagar cuotas de arriendo, sin embargo, no podrá hacerse de la propiedad de estos; y Leaseback, que permite que una empresa que requiera de un crédito financiero pueda vender a la empresa de leasing alguno de los activos que ya posee, sin necesidad que dichos activos sean movidos de la empresa.
En cuanto al Factoring, se considera una alternativa de financiamiento fundamentalmente para el capital de trabajo. En el entendido que se requieren flujos de ingreso de efectivo para hacer frente al pago habitual de los gastos operacionales de la empresa, como remuneraciones, gastos de energía, agua y suministros, materiales e insumos, entre otros, la empresa de Factoring recibe las facturas, letras y/o cheques por cobrar que posee la empresa, adelantando parte del total consignado en estos documentos, cobrando por tal servicio una comisión.
Finalmente, el crédito a proveedores, al igual que el Factoring, es considerado como una alternativa de financiamiento para el capital de trabajo. En este caso, la empresa negocia directamente con sus proveedores para obtener un crédito comercial que permita desfasar el pago de sus materiales e insumos. Cabe destacar que se hace necesario evaluar rigurosamente esta alternativa, ya que existe un costo de oportunidad implícito en este tipo de financiamiento que es el descuento por pago en efectivo que suelen hacer los proveedores, por lo que a veces es más conveniente obtener un crédito bancario y pagar en efectivo al proveedor aprovechando el descuento antes mencionado, que suele ser bastante mayor que el interés que se termina pagando por el crédito bancario.