¿Cuál ha sido el impacto de la primera semana de cuarentena?
“La verdad es que esto es preocupante, porque nosotros éramos la única capital regional en Chile que no había sufrido una cuarentena, pero temíamos que esto podía pasar. Por esto de tener cerrado el comercio, muchos mandaron a su gente de vacaciones, otros debieron acogerse a los seguros de cesantía y muchos siguen pagando a sus trabajadores. Es decir, el costo que nos va a significar esta cuarentena –que podría durar un mes, porque las cifras de contagios no bajan- es muy negativo para nuestro sector, porque las ventas se van a ir al suelo. No vamos a poder calcular el impacto este mes de enero, porque la cuarentena se decretó después de la quincena, pero en febrero se va a notar mucho más”.
¿Y cómo se analiza la previa esta medida, pensando en los efectos del denominado “estallido social” y de la “primera ola” de contagios durante el invierno del año pasado?
“Tuvimos su tiempo de recuperación, porque se ajustaron los horarios y se disminuyeron los aforos en los locales. Además, con los dos retiros del 10% de los fondos de AFP se reactivó la economía y el comercio aprovechó esa instancia. El problema es que nadie está preparado para un cierre permanente, en el sentido, que no se pueda abrir”.
¿Ustedes habían sentido el “efecto rebote” del que hablan los economistas, es decir, una tendencia al alza después de tocar fondo?
“No como un año normal, pero la verdad es que era algo sostenible, que permitía sacar los costos y utilidades. En las semanas posteriores a los retiros del 10% hubo un pequeño auge”.
¿Y la expectativa era mejor pensando en la llegada de las primeras vacunas y el movimiento que trae el mes de marzo?
“Sí, pero la verdad es que ya nada se puede proyectar, porque es tan extraña esta situación que, en un principio, pensábamos que esto de la pandemia iba a durar dos meses y llevamos casi un año. Y no creíamos que existía una ‘segunda ola’ y ahora estamos en esa condición, con índices similares o mayores al año pasado. Por lo tanto, es muy difícil proyectar escenarios. Y así como nuestro comercio se venía reactivando, hay otro comercio que está muy mal, como son los restaurantes, porque ellos no saben hasta cuándo van a estar cerrados. Para ellos es todavía más difícil”.
¿Ha existido ayuda del Gobierno para el comercio?
“Llegó una pequeña ayuda a sectores específicos, es decir, a los trabajadores, pero a los empleadores se les han ofrecido créditos. Pero te piden la proyección de ventas en relación a los meses pasados. Pero si no tuviste ventas entonces no tienes derecho. A ello se suman las deudas. Y el fondo Fogape que va a la pequeña y mediana empresa no te llega si no tienes cómo demostrar el flujo de tu negocio. Las grandes tiendas cuentan con espaldas, porque si bien están afectados, igual pueden subsistir. Pero la mediana y pequeña empresa lo ve muy difícil. Un ejemplo es que en Talca por muchos años no habían locales desocupados en el centro, pero hoy existen muchos locales en arriendo. Hay que tomar en cuenta que nosotros generamos empleos formales y también somos recaudadores de impuestos para el Estado”.
¿Y ahora con esta cuarentena alguien los ha contactado para ofrecer alternativas de financiamiento?
“Nosotros como Cámara de Comercio siempre estamos activos a recibir propuestas. Los créditos o la ayuda que puede llegar desde Sercotec, por ejemplo, son muy puntuales y sirve para subsistir un poco de tiempo, pero no para subsistir una cuarentena. En una cuarentena no tienes flujo: solo hay gasto y no hay ingresos. Entonces, te vas a tener que consumir los ahorros, porque no te prestan plata. El aval del Estado es por los bancos y ellos exigen flujo proyectado. No están dispuestos a correr riesgos”.
¿Cómo se entiende esta cuarentena pensando que ustedes en el comercio cumplían con una serie de protocolos sanitarios?
“Nosotros teníamos un protocolo muy estricto y controlado en forma diaria. Se tomaba la temperatura al ingreso a los locales, había distanciamiento en las filas y medidas de seguridad para los trabajadores. Cumplíamos toda la norma y la verdad es que no detectamos en el comercio gente que estuviera contagiada. Pero existía un comercio paralelo en la calle, con distintas ferias por todos lados en Talca, donde no se utilizaban mascarillas, no se respetaban las distancias y había aglomeraciones. Es decir, allí no había control. Pero estamos en periodo de elecciones y los alcaldes tratan de quedar bien con Dios y con el Diablo”.
Es sabido que no existe control o muy poca fiscalización con el comercio ambulante…
“Ya no es comercio ambulante, ahora es comercio informal. Y tanto que está también lleno de extranjeros. Y ellos no respetan las normas. Sin embargo, nosotros teníamos controles, además nos auto controlamos y también controlábamos a la gente. Teníamos prohibido el ingreso a nuestros locales a quienes no tuvieran mascarillas. Todo para evitar que se contagiara algún empleado o cliente”.
¿Cuánto tiempo esperan que se prolongue esta cuarentena?
“Esperamos que la medida que se está aplicando funcione, porque estar en cuarentena en pleno verano yo creo que es pedirle un suplicio a la gente, sin saber que tenga resultados inmediatos. A eso hay que agregar la restricción vehicular. Eso no puede ser. No pueden ir juntas ambas medidas. La gente que tiene que ir a trabajar y no puede ocupar su vehículo, lo tiene que cambiar por locomoción colectiva. Es decir, tiene que cambiar su vehículo particular que es seguro por otra movilización que es riesgosa. Una medida o la otra, pero no las dos al mismo tiempo”