¿Cuál es el mensaje a la ciudadanía con miras al martes 15 de febrero cuando se votarán los nuevos artículos de la Constitución?
«Yo llamo a la gente a tener mucha confianza, porque en la discusión se han expresado todas las voces. No se ha reprimido a nadie. Incluso a personas que obtuvieron cero apoyo. Pero hay que escuchar a todos con igual respeto. Creo que, con madurez, vamos a ir definiendo los cambios fundamentales que hay que hacer hoy día y reservar para mañana lo que debe ser mañana».
¿Cómo se imagina la nueva Constitución?
«Tenemos que tener una Constitución flexible, no rígida, como la que contamos en el presente. Por ello, yo tengo mucha confianza de que va a ser una Constitución que efectivamente nos represente a todos. Hay realidades nuevas que se integran en esta Constitución que no existían, como la paridad de género, los derechos de la mujer, la ecología y los derechos de la naturaleza. Son realidades importantes que nos toca enfrentar en el mundo presente, pero que son muy importantes para el futuro. Creo que se va a conservar lo fundamental de la institucionalidad política, mejorando aquello que hay que mejorar de manera impostergable».
¿Qué va a pasar con la forma de Gobierno?
«Creo que vamos a tener un presidencialismo más moderado. Además, es muy posible que se conserve el bicameralismo en el Congreso, pero con una concepción más modernizada, porque existe una enorme demanda regional por hacer valer los derechos de esas comunidades, de respeto a las regiones».
¿Fue muy agresivo proponer derechamente que se eliminen instituciones como el Senado?
«Absolutamente. Pero la votación fue 25 a 0. Se escucharon las voces. Eso es lo importante, que se escuchen las voces. Pero escucharse no es conceder necesariamente, pero sí saber que hay opiniones que, como tales, existen en nuestra sociedad. Se eligió democráticamente a las y los constituyentes, quienes tienen derecho a expresarse. Pero que se rechacen propuestas no puede ser motivo de alarma, porque una opinión no representa a toda la Convención. Eso es completamente una desnaturalización de las cosas».
¿Cómo interpreta el llamado a hacerse una autocrítica de los convencionales?
«Ahora estamos en una fase que es relevante, pero yo tengo mucha confianza. Estamos avanzando, trabajando intensamente y hay muchas faces o coladores para que esta Constitución se vaya perfeccionando en el camino y el tiempo que tenemos. Pero hay un proceso que se llama de armonización y, en eses tiempo, también vamos a tener un solo texto de muchas propuestas temáticas. Para ello, va a ser necesario seguir perfeccionando la Constitución, para que seas un texto armónico que nos represente a todos».