El descubrimiento fue realizado por investigadores de la Universidad Católica del Maule, lo que subraya la rica biodiversidad de la región y la importancia de la investigación científica para comprender y proteger el patrimonio natural. El nombre científico de la nueva especie es Scolomus valenzuelai: Scolomus corresponde al género de la avispa y valenzuelai homenajea al Dr. Pablo Valenzuela, destacado bioquímico chileno.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Entomología General y Aplicada (LEGA), vinculado al Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Maule (CIEAM) de la Universidad Católica del Maule (UCM) anuncia el importante descubrimiento de una nueva especie de avispa en la Región del Maule. El hallazgo, resultado de una investigación exhaustiva en un sector de la cordillera de la costa, revela la existencia de un insecto único, de un llamativo color verde esmeralda.
El Dr. Rodrigo de Oliveira Araujo, líder del estudio, explicó el origen de esta investigación: «Nosotros empezamos un estudio hace cerca de siete meses en un sector de la cordillera de la costa, llamado El Secreto de Pilen, lo cual alberga un total de 60 hectáreas de bosque maulino. Pensábamos que ahí podría haber especies raras, y fue cómo encontramos una avispa verde esmeralda, de un grupo que es extremadamente incomún, raro, y que estaba presente ahí en medio de ese bosque. Ese insecto nos llamó la atención por ser verde, porque son muy pocas especies a nivel mundial que tienen ese color».
Este hallazgo no habría sido posible sin la existencia de “El Secreto de Pilen”, un proyecto inmobiliario con gran preocupación por la conservación de especies nativas, ubicado en la Cordillera de la Costa del Maule. Esta iniciativa privada tiene como objetivo preservar fragmentos de bosque nativo y sus especies amenazadas, restringiendo el impacto humano mediante construcciones autosustentables y limitaciones estrictas sobre la intervención del bosque. En un contexto donde la mayor parte de la Cordillera ha sido reemplazada por monocultivos, este santuario natural representa uno de los últimos refugios de biodiversidad, permitiendo el descubrimiento de especies únicas como la avispa esmeralda y reafirmando el valor de integrar ciencia y conservación en acciones concretas.
Tras la recolección de muestras en terreno, el equipo llevó este ejemplar al laboratorio de la UCM en Talca, donde se realizaron los análisis correspondientes. «Identificamos la avispa hasta el nivel de género, y ahí nosotros la comparamos con las otras especies que ya son conocidas y esta no se asemejaba a ninguna de las otras», detalló el Dr. de Oliveira Araujo.
Este hallazgo dio paso a un riguroso estudio taxonómico para confirmar la singularidad de la especie. «Hicimos una descripción y un trabajo científico explicando por qué esa especie es distinta de las demás. Y con eso hicimos el proceso de escribir un manuscrito científico, enviarlo a una revista internacional, y ese trabajo fuera revisador por pareas hasta que, por fin, fue finalizado y publicado, entonces la especie está formalmente válida», añade el investigador.
Avispa parasitoide
La nueva avispa ha sido clasificada como una avispa parasitoide, que en términos sencillos quiere decir que esta avispa deposita sus huevos en un hospedero, generalmente otro insecto, al que finalmente lo consume durante el desarrollo de sus juveniles, lo que lo transforma en un grupo de insectos de gran importancia ecológica y potencial aplicación en la agricultura en el control biológico de plagas.