Lamentablemente, los indicadores de crecimiento son todos a nivel nacional, sin mayor desagregación regional. Es así entonces, que tenemos que conformarnos con cifras actualizadas de comportamiento de la actividad económica de todo el país, a través de indicadores agregados, tales como el IMACEC (Índice Mensual de Actividad Económica) y el PIB (Producto Interno Bruto). Siendo testigos del realce y la connotación de reactivación que se le ha dado a las cifras de los últimos cuatro meses donde el IMACEC llega a promediar, sorprendentemente, una cifra de crecimiento muy cercana al 20%, cabe preguntarse: ¿Estamos teniendo tantos bienes y servicios disponibles en coherencia con ese nivel de crecimiento? ¿La inversión y, consecuentemente, la producción crece a ese ritmo en Chile? A priori, a nivel nacional, ya son muy cuestionables estas cifras, pero más cuestionable es cuando la mirada se hace a nivel regional, donde el indicador tiene poco o nada de representatividad.
El IMACEC adolece de significancia proyectiva para el comportamiento de la economía regional, más aún cuando la información utilizada para construir el IMACEC general se recaba fundamentalmente de sectores económicos con oportunidad y confiabilidad de la información, como la Minería (tan pujante hoy en Chile, pero sin ninguna significancia en el Maule), de los cuales se dispone, además, de información periódica mensual. En cambio, otros sectores económicos como el Silvoagropecuario, muy importante para la Región del Maule, sólo dispone de información confiable a nivel trimestral. En este escenario, la información mensual que se utiliza de este sector para efectos del cálculo del IMACEC proviene de fuentes indirectas como son indicadores de demanda y de intenciones de siembra, y claramente estas fuentes revisten mayores riesgos de cometer errores y omisiones en el levantamiento de los datos, por lo que las proyecciones de crecimiento con el IMACEC general no revierte mayor relevancia para analizar el comportamiento económico de la región.
A nivel regional, existía un indicador mucho más potente y atingente al comportamiento económico de los diversos territorios del país, el denominado Índice de Actividad Económica Regional (INACER), indicador trimestral que fue discontinuado por parte del INE en el trimestre octubre-diciembre 2018, por lo que desde 2019 a la fecha no contamos con ningún indicador fiable y oportuno para proyectar la actividad económica regional.
En su vigencia, el INACER habría demostrado ser una importante aproximación del comportamiento de 11 sectores productivos del Maule. Tal es así que el año 2015 dentro del Centro de Estudios y Gestión Social (CEGES) de la Universidad Autónoma de Chile, actualmente Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (IIDS), lideré una investigación para determinar el ciclo económico de la producción de la Región del Maule, que utilizó, precisamente, la serie de datos del INACER como base del modelo predictivo.
Como resultado de la investigación se logra seleccionar y validar empíricamente como serie de referencia para el Maule al Índice de Actividad Económica Regional (INACER) y a las siguientes series componentes del indicador: ocupados, cesantes, buscan trabajo por primera vez, inactivos, edificación aprobada total, obras nuevas y total de exportaciones. Con tales series, se construye un indicador predictivo del comportamiento económico para la región, denominado Índice Líder Compuesto para el Maule (ILCM).
Finalmente, este modelo es el que seguimos utilizando en IIDS para las proyecciones de crecimiento de la región y ha generado evidencia empírica de su validez predictiva, por lo que creo que el INACER, serie de referencia del modelo, debe ser nuevamente generado e informado por el INE, contribuyendo al proceso de análisis y toma de decisiones a nivel territorial.
