¿Qué ocurrió?
Una verdadera historia de superación personal, comunión con la naturaleza y cuidado del medioambiente, vivieron los más de 70 valientes que se atrevieron a participar del “Desafío Traluñé”.
¿En qué consiste?
Se trató del retorno de los ascensos guiados hacia los cerros de la precordillera molinense por parte del equipo municipal, destacando en esta oportunidad la inclusión de personas en situación de discapacidad que recorrieron los 5,7 kilómetros de la ruta hacia la cúspide.
¿Cuál fue la respuesta de los participantes?
“Nada es imposible”, se repetían muchos al ver cómo uno de los participantes, pese a presentar movilidad reducida, logró cumplir el sueño de llegar hasta la cima y contemplar la majestuosa vista panorámica que la montaña ofrece hacia las comunas de la provincia de Curicó, estando a más de mil metros de altura.
¿Cuál fue el deportista que más destacó?
Cristian Contreras, quien padece mucopolisacaridosis y ejerce su práctica de Trabajo Social en el municipio, manifestó que se trató de un viaje simplemente inolvidable. “Cuando me invitaron, pensé que era una broma”, reconoció el joven, quien emprendió desde temprano el rumbo por la indómita naturaleza junto a sus guías, desplazándose en un carro especialmente adaptado.
¿Cómo fue su ascenso y bajada?
Para asombro de muchos, los obstáculos del camino no fueron impedimento y la fuerza de voluntad se impuso por sobre las vicisitudes del destino. “Fue emocionante, nunca pensé que iba a subir el Traluñé y me gustó, fue una experiencia muy bonita e inclusiva”, dijo tras llegar a la cumbre, concluyendo con un rotundo “nada es imposible”.
¿Funcionó el trabajo en equipo?
Otro de los aspectos que destacaron los aventureros fue la importancia del trabajo en equipo para llegar a la meta y regresar a la ciudad. Para Luis Navarro, otro de los participantes, fue “una experiencia enriquecedora en el aspecto físico y la subida de Cristian en la silla fue emocionante. El remate fue la llegada de personas de más de 70 años, es algo que me marcó y es un ejemplo para los que vienen detrás”.
¿Qué otra labor se realizó en el terreno?
Como muestra del ecoturismo que se viene practicando durante los últimos años en el lugar, los participantes realizaron limpieza de varios sectores a medida que iban avanzando por la ruta. Junto a ello, los guías del equipo municipal iban educando sobre la flora y fauna nativa a los entusiastas exploradores. Incluso, los guardaparques de Conaf hicieron lo propio educando sobre cómo reaccionar ante un foco de fuego, para prevenir incendios forestales.
¿Qué dijo la alcaldesa de Molina?
Como un aventurero más, la propia alcaldesa, Priscilla Castillo, completó el recorrido y calificó la experiencia como “un maravilloso reto; fue emocionante ver a Cristian llegar a la meta, porque fueron 1200 metros de altura los que subimos y el trabajo en equipo que hicimos fue fundamental. Están todos invitados a poder realizarlo, porque tenemos el espacio, una naturaleza preciosa para disfrutar entre todos, se sale de la rutina y se comparte con otras personas; así que es una experiencia inolvidable”.
¿Qué viene ahora?
Cabe destacar que en octubre se efectuará la segunda travesía: el “Desafío Fraile”, donde los exploradores podrán conocer el cerro que debe su nombre debido al parecido de su cúspide con la calva de un monje. Por lo mismo, próximamente se dará a conocer la fecha de inscripciones.