Claudia Ortega, encargada regional del Plan Nacional de Inmunizaciones (PNI), está llamando periódicamente al Ministerio de Salud para saber si algunas de las dosis que han comenzado a llegar al país se destinará a la Región del Maule.
El pasado miércoles 13 el gobierno anunciaba el arribo de 88 mil dosis de la vacuna Pfizer, el tercer cargamento que ha llegado y el más grande. El Presidente Piñera acotaba que los envíos iban a aumentar progresivamente, llegando a fines de enero a un promedio semanal de 170 mil dosis de esta vacuna.
Después de los dos primeros embarques destinados a personal de la Salud, y que en el Maule permitió la vacunación de 505 funcionarios de las Unidades de Pacientes Críticos (UPC) de los hospitales de Talca, Curicó, Linares y Clínica Lircay, el proceso sigue avanzando.
A la vacuna Pfizer se debería sumar, durante el primer trimestre, la de Sinovac (China) con 10 millones de dosis.
Así, proyectó el mandatario, y a la espera de la autorización del Instituto de Salud Pública (ISP) para otras vacunas, se espera inocular a 15 millones de personas durante el primer semestre.
Cifras contundentes para un desafío mayor en tiempos de crisis.
La encargada regional del PNI sabe que la tarea es enorme, pero confía en las capacidades del personal y la experiencia de años de trabajo en campañas tan arduas como la de la influenza. Se trata de unas 150 personas (cifra variable y que debería aumentar en la actual contingencia) que se reparten en los 80 vacunatorios a nivel regional, habilitados en Centros de Salud Familiar (Cesfam) y Centros Comunitarios de Salud Familiar (Cecof).
Una capacidad que, precisa Claudia Ortega, ha sido destacada por el ministerio. “Somos un equipo comprometido y empoderado, líder en los programas de vacunación, reconocido por tener la cobertura más alta a nivel nacional”.
Esa es la base para la campaña de vacunación contra la Covid-19.
En cada vacunatorio hay una enfermera, un Tens (Técnico en Enfermería de Nivel Superior) y un digitador, fundamental para el registro estadístico.
La profesional explica que las coordinaciones comenzaron inmediatamente tras el anuncio del Plan Nacional de Vacunación Contra el Covid-19 a mdiados de diciembre. Se trabajó, por ejemplo, en el catastro de los funcionarios de la Salud, llegando, primero, a la cifra mencionada de 505 trabajadores de las UPC, ya vacunados. Durante la semana se afinaban las cifras del resto de funcionarios, aunque existe una estimación de que deberían ser a nivel regional unos 14 mil.
Además, se han revisado las opciones de personal de reemplazo y de apoyo, junto con verificar el equipamiento de los vacunatorios (equipos de refrigeración, cajas de transporte, termómetros, etcétera). “Nos hemos preparado para tener los equipos necesarios y al personal capacitado”, explica Claudia.
“Esta campaña la vamos a hacer de manera eficiente y exitosa”, enfatiza, junto con especificar que la parcelación en la llegada de las vacunas hará que la inoculación sea, también, más “pausada”.
La encargada reconoce en todo caso que más allá de estos preparativos, han debido adaptarse a la contingencia y “trabajar sobre la marcha”, ya que es el nivel central del Ministerio de Salud el que establece el proceso de asignación de las vacunas y su priorización.
No hay fechas aún para las próximas remesas de vacunas para el Maule. Lo que se sabe es que tras los funcionarios de la Salud, será el turno de residentes en Centros de Larga Estadía (adultos mayores, centros del Sename, personas con discapacidad física o mental), personal crítico de la administración del Estado, mayores de 65 años y personas con comorbilidad.
“Lo vamos a sacar adelante, de acuerdo a los estándares de calidad establecidos por el ministerio”, señala Claudia Ortega con una importante cuota de optimismo frente al desafío en marcha.