La colación para los escolares debe ser un pequeño aperitivo de media mañana y no constituir un segundo desayuno, es por eso que debe representar entre el 5 – 10 % del aporte calórico diario, algunos ejemplos saludables son, una fruta, un yogurt bajo en grasa, un huevo duro o medio sándwich e incluso un puñado pequeño de frutos secos como nueces, almendras y/o maní sin sal
Si bien no es posible establecer que la ansiedad se genere o se vea afectada por la ingesta de comidas altas en azúcar o grasas como las bebidas y snacks dulces o salados, puede influir en que los escolares condicionen su comportamiento frente al estímulo de estos alimentos, es decir, un niño puede reclamar o “hacer pataleta” si no come lo que él quiere o prefiere como colación y que estaba acostumbrado a llevar al colegio antes de la pandemia.
El consumo de agua a lo largo del día es fundamental y esta debe preferirse en vez de jugos o bebidas con alto contenido de azúcar e incluso de las bebidas light, ya que inconscientemente el consumo de bebidas se asocia al consumo de otros alimentos calóricos como por ejemplo las papas fritas.
Más que un alimento en general lo importante es que sean alimentos saludables, que no generen molestias estomacales o sensación de sueño en los escolares. Se deben descartar los snacks altos en grasa y azúcar como papas fritas, ramitas y galletas dulces. Algunas colaciones que pueden favorecer la concentración en los niños son los lácteos, las frutas y los frutos secos.
