Lucía me preguntó si iba a ir a votar. Los niños te echan de menos, me dijo. No es para tanto, le respondí. Yo también los extraño, hablo todos los días con ellos…si sé, no es lo mismo, pero…piensa Lu, es bueno que me extrañen, después, cuando crecen, ni se acuerdan de uno, así es que es bueno que ahora construyan una idea de lo que es extrañar. Supongo que Lucía entendió porque no dijo nada. Pero no estoy seguro. Cuando nos separamos y me vine a Talca le dije algo parecido sobre nuestra relación. Tal vez, la distancia ponga las cosas en su lugar. Ella, como ahora, no dijo nada. Nos despedimos como si se tratara de uno más de los viajes que me tocaba hacer por pega.
Eso fue antes de la pandemia. Viajaba todos los fines de semana y me quedaba en el departamento. Lucía se iba a casa de sus padres. Después vino el estallido social, la pandemia y no viajé tan seguido. La última vez que me quedé el fin de semana fue para el plebiscito.
Casi no voto. Le decía a López que no tenía sentido. No creía que una nueva Constitución fuera a cambiar algo. Esto de la gente en la calle ya había pasado antes y solo se lograron titulares que se olvidaban al calor de un asado. Pero bueno, coincidí con López, es peligroso perder toda esperanza. Viajé, voté, y lo pasé bien con los niños. Lucía no se fue donde sus papás. Fue un buen fin de semana.
En el viaje de regreso a Talca recordé los últimos meses antes de separarme y los comparé con ese fin de semana. Me quedó un sabor amargo. Ya en Talca le dije a López que esa había sido mi última elección. Me aburrí, esto no tiene arreglo, nuestra estupidez genética siempre va a mandar, siempre los estúpidos seremos mayoría. Lo lamento lópez, fue suficiente con ilusionarme con una nueva Constitución. No me alcanza para más.
Ahora López, como si esa conversación nunca hubiese existido, me pregunta por mis candidatos. Sería bueno que los anotaras para que no se te olviden, me propone irónico. No sé López, quizás aplacen las elecciones, quizás la cuarentena se alargue, quizás Lucía se vuelva a casar, quizás los niños de verdad me echen de menos. No sé si voy a votar. Quizás deba aplazar mi decisión.
