Comencemos con la figura del Presidente Sebastian Piñera, quien está fuertemente dañado, situación que no solo lo advierten las encuestas sino también las percepciones ciudadanas.
¿Y los presidenciales del oficialismo? Mario Desbordes tiene a cuestas sus comentarios en torno al asesor del Mandatario Cristián Larroulet que lo había llevado engañado al ministerio de Defensa para apagarlo en términos de popularidad. Ignacio Briones está en vereda opuesta por cuestiones programáticas. Joaquín Lavín es conocido por correr con colores propios y está con la cara larga porque el Ejecutivo no abrió espacio para discutir su proyecto de ley que era sacar los fondos de la AFC. Sebastián Sichel es una persona que está muy confundida porque estuvo en el gobierno y ahora está afuera, es un candidato independiente, sin partido. Evelyn Matthei está más preocupada de su reelección de Providencia porque sabe que no la tiene tan fácil frente a una candidatura única de oposición que de su carrera presidencial.
Esta simple mirada da cuenta que ad portas de una mega elección de un par de semana se ve una estampida del gobierno y un desapego al Presidente, nadie quiere pertenecer al grupo del 9%.
Y en este desorden, tanto de coalición como de identidad, está la oposición liderando (según la encuesta Cadem) Pamela Jiles, cuyas segundas preferencias de las personas (como dato) que votarían por ella se distribuyen en tercios entre Lavín, Matthei y Daniel Jadue. En este punto vemos a Jiles con su despliegue populista y contraponiéndose sistemáticamente con la elite corrupta versus a un pueblo virtuoso; claramente su crecimiento responde a la debilidad de los candidatos de la centro izquierda más tradicional y que intencionadamente se nutre de esta falla, por eso sale a desafiarlos a cada rato, además, no es tan descabellado lo señala que el gobierno y la oposición están bailando con lo que impone ella misma en el Congreso.
Y si bien Jadue no va a gobernar Chile porque un comunista tiene escasas probabilidades, sí va hacer un actor de veto muy relevante.
Con este mapa, nos enfrentaremos a las próximas elecciones, donde se elegirán 3.244 cargos, entre el 15 y 16 de mayo y el 21 de noviembre.
Ante la pregunta, si este comportamiento de la clase política pasará la cuenta, lo más probable que sí. En el año 2012 y luego en 2016 los gobiernos que enfrentaron elecciones vieron deprimidas sus bases electorales a nivel de alcaldes y, en su momento, Chile Vamos como posteriormente la Nueva Mayoría sufrieron fuertes derrotas producto de que los Presidentes tenían escasos niveles de aprobación y un sistema político inestable.
El año 2012 el sector del Presidente Piñera obtuvo 121 alcaldías, tres menos que el 2008, en el contexto que los alcaldes solo gobernaban a un tercio del país. Hoy, que estos administran a la mitad de los chilenos, quedará por despejar cuáles serán los resultados, principalmente por la situación del Mandatario y, por ende, del oficialismo y sus presidenciables.
