Arte en fierro
Luciano Carrillo, participa desde los comienzos de la feria hace 20 años. “Esta feria es una buena opción para los que se dedican al comercio de todo tipo, más este año, que es especial por la pandemia”, señala. Por ello, tiene grandes expectativas en vender su artesanía que siempre ha sido bien valorada por el público. Destaca que este año, al igual que el anterior, la municipalidad no les cobró nada por instalarse en la feria.
Juguetes de madera
María José Bascuñán lleva seis años participando de la feria navideña vendiendo móviles y juguetes de madera. Al principio pensó que este año no habría feria debido a la pandemia, pero se puso contenta al saber que sí se haría y, mejor aún, que no les cobrarían por los puestos. Las ventas le aliviarán en gran medida los gastos del año.
Artesanía Talkita
Angélica Sánchez, lleva dos años participando de la feria. Este año se organizaron como feriantes para solicitarle al alcalde de Talca que se hiciera esta actividad tradicional en la Alameda, dado que este año ha sido muy malo para todos. Angélica tiene mucha fe en que será una oportunidad para mejorar sus ventas e ingresos, pese al temor que provoca en estos momentos la pandemia.
Tecnología de moda
Sonia Olivares lleva 20 años participando en esta feria navideña. Al comienzo vendía artesanía en yeso con su marido, pero ahora se dedica a la venta de artículos tecnológicos de moda. Dice tener muchas expectativas en esta feria, para generar recursos y terminar el año de la mejor forma posible, a pesar de todos los problemas económicos.
Juguetes a bajo costo
Cristopher Miño lleva dos años vendiendo juguetes. Tiene esperanzas que la gente llegue a comprar sus productos con precios más baratos que en el comercio tradicional y, además, se han tomado todas las medidas de higiene, partiendo en que a todos los feriantes se les tomó examen de PCR. “El sacrificio que se hace es grande y las ganancias no son para hacerse rico”, dice y agrega que solo les permiten terminar el año con más tranquilidad.
Poleras estampadas
Patricio Villarroel tiene 8 años participando en la feria, con la venta de poleras estampadas. Reconoce que este año hay un riesgo bien grande al estar en este tipo de ferias, agregando que lo bueno hubiese sido tener la feria en un recinto donde se debería tener más control de accesos. Destaca que en la Alameda se verá más público, pero el temor son los contagios.